El Distrito

El partido de Guaminí, creado oficialmente el 28 de julio de 1886, forma parte del conjunto de distritos surgidos tras el avance del Estado nacional sobre los territorios del sur bonaerense. Este proceso, conocido como “La Campaña del Desierto”, significó para el Estado argentino la ocupación efectiva de grandes extensiones de tierra y la fundación de nuevas instituciones y poblados. Sin embargo, también implicó el desarraigo de las comunidades originarias que habían habitado históricamente estas regiones, dejando una huella que aún hoy interpela la construcción de la memoria colectiva.

Ubicado en una zona de transición entre la llanura húmeda y la seca, Guaminí se consolidó como un distrito de fuerte impronta rural y agroproductiva, con una geografía marcada por la presencia de lagunas y pequeñas localidades que conforman un entramado social activo y profundamente arraigado en su territorio.

El partido está compuesto por cinco localidades principales, cada una con identidad propia y un rol particular en el desarrollo regional:

Guaminí, ciudad cabecera, ubicada junto a la laguna del Monte, alberga los principales edificios institucionales, culturales y patrimoniales del distrito.

Casbas, primera en población, es centro de actividad agropecuaria, vida comunitaria y gestión local.

Bonifacio, con su perfil rural clásico, se caracteriza por sus tradiciones, sus espacios verdes y su proximidad con la Laguna Alsina. Es referente de vida tranquila y comunitaria.

Garré, en el extremo noroeste del distrito, limita con los partidos de Trenque Lauquen y Tres Lomas. De origen ferroviario, su historia se vincula con el fortín que existió en la zona hacia fines del siglo XIX.

Arroyo Venado, de escala más reducida, surgió como estación del ferrocarril y conserva una fuerte identidad vinculada al campo y la vida de pueblo.

El paisaje del distrito está atravesado por tres grandes lagunas, que además de su valor ambiental y turístico, poseen un profundo sentido histórico. Cada una de ellas no solo representa un recurso natural de valor ecológico y turístico, sino también un testimonio vivo del proceso de ocupación y transformación del territorio.

Laguna del Monte: ubicada junto a la ciudad de Guaminí, fue un punto estratégico durante el siglo XIX, tanto para pueblos originarios como para los avances militares y colonizadores. Su entorno, arbolado y accesible, la convirtió en un centro de vida social, cultural y recreativa, que hoy sigue siendo protagonista del turismo local. Su nombre se debe a los montes naturales que la rodeaban.

Laguna Alsina: situada en el oeste del distrito, debe su nombre al general Adolfo Alsina, figura clave en la política de frontera. Fue escenario de actividades militares en el contexto de “La Campaña del Desierto”. Hoy es reconocida por su belleza natural, su avifauna y su capacidad de atraer visitantes para pesca y ecoturismo.

Laguna Cochicó: su nombre —de raíz indígena— remite a la historia más antigua del lugar. Es una de las lagunas más aprovechadas turísticamente, con infraestructura para pesca deportiva, deportes náuticos y recreación al aire libre.

Estas lagunas no solo modelan el paisaje, sino también la memoria y las prácticas sociales del distrito, siendo símbolo de convivencia entre naturaleza y comunidad.

Durante la década de 1930, el arquitecto Francisco Salamone, convocado por el gobierno provincial, construyó en Guaminí algunas de sus obras más emblemáticas, que aún hoy forman parte del patrimonio arquitectónico bonaerense, dejando una impronta indeleble en el paisaje urbano de Guaminí.

Su impronta se puede ver en edificios municipales, cementerios y plazas, donde el arte y el poder se combinan en formas monumentales y estilizadas, que aún hoy llaman la atención de visitantes, fotógrafos y especialistas.

Las obras principales del distrito son, El Palacio y El Matadero Municipales, ambos de líneas monumentales, geometría vanguardista y verticalidad simbólica, que marcó una renovación estética del espacio público. Y otras intervenciones menores que forman parte del circuito salamónico de la provincia, como son por ejemplo las plazoletas y pergolas.

Estas obras no sólo responden a necesidades operativas de su tiempo, sino que fueron concebidas como símbolos del orden, el progreso y la modernidad estatal en el interior provincial.

El desarrollo del distrito estuvo íntimamente ligado a la expansión del ferrocarril, que articuló las economías rurales, posibilitó el asentamiento de poblaciones y conectó Guaminí con los principales centros del país.

Las estaciones ferroviarias de Casbas, Garré, Bonifacio y Arroyo Venado son hoy parte del patrimonio material del distrito. Algunas funcionan como centros culturales; otras, como hitos de la memoria local.

El Museo Regional de Casbas ofrece un recorrido por la historia productiva, educativa y familiar del distrito, con objetos, herramientas y fotografías que rescatan las voces de generaciones pasadas.

En la ciudad de Guaminí, la Capilla del Monte y las obras Salamonicas complementan el circuito patrimonial, vinculando espiritualidad, memoria histórica y celebración cívica.

El partido de Guaminí ha sido cuna de figuras significativas de la cultura argentina:

Nelly Omar, nacida en Guaminí en 1911, fue una de las grandes intérpretes del tango y la canción criolla, con una carrera que abarcó más de ocho décadas y un lugar privilegiado en la historia de la música popular.

Carlos Garaycochea, nacido en Casbas, fue uno de los humoristas gráficos más reconocidos del país, con un estilo que combinó ternura, observación aguda y gran conexión con el sentir popular. También se desempeñó como conductor y guionista.

Guaminí es un distrito donde la historia, el paisaje y la cultura se entrelazan. Sus lagunas, sus pueblos, su arquitectura y sus protagonistas reflejan un territorio con identidad propia y singular dentro del sudoeste bonaerense, arraigado en su pasado pero con la mirada puesta en el futuro. Reconocer los múltiples procesos que lo formaron —incluyendo los procesos sociales, productivos y simbólicos— permite comprender su riqueza con raíces firmes y proyectar su desarrollo con sensibilidad histórica y compromiso comunitario, con mirada hacia el futuro.